De la separación al loquero

Al poco tiempo de casarme me dí cuenta del gran error que había cometido, ya no me sentía enamorada, después de haber pololeado como 5 años me dí cuenta de que no conocía para nada al que en ese momento era mi marido y para colmo de males descubrí que era alcoholico, mentiroso y me robaba plata.


Obviamente después de todo eso el amor que quedaba se murió y con él mis ilusiones también fueron muriendo. Al año de casados decidí darle un ultimátum a mi marido, al final todo quedó en palabras, promesas sin cumplir y yo en el sicólogo cuestionándome si era yo quien estaba mal por querer terminar con un matrimonio que me estaba matando como persona y no ser capaz de quedarme aguantando y "ayudando" a mi marido a superar su "enfermedad". Finalmente llegué a la conclusión de que nunca he tenido espíritu de mártir, que era muy joven para cagarme la vida (tenía 24 años, y él me ganaba en 10), y que aún estaba a tiempo de huir de esa relación enfermiza.


Pero tamaña fué mi sorpresa cuando le comuniqué mi decisión a mi familia y ellos en vez de apoyarme me juzgaron, me trataron de loca, amenazaban con internarme, ya que "nadie en su sano juicio pone fin a un matrimonio a menos que halla una tercera persona". Ese fué el primer quiebre con mi familia.


Pero la decisión ya estaba tomada, no me importaron las amenazas, el qué dirán, ni el desprecio de mi familia, armé mis maletas, arrendé un departamento, me llevé mis cosas y comencé a vivir sola. Obvio que al principio no fué fácil, todo tuvo un costo emocional super grande para mí, pero nunca, nunca, nunca me arrepentí de esa decisión, a pesar de que estuve meses sin hablar con mi familia, de que circulaban muchos rumores sobre mi, de que mi ex me iba a armar escándalos al dpto. o a mi trabajo, o que durante harto tiempo no tenía plata ni para comer porque justo en mi trabajo pasaban por una mala racha y no podían pagar los sueldos. Al final sobreviví, me rearmé, me sacudí el polvo y miré para delante, toda la vida que me quedaba por vivir, y qúe es tan corta y se pasa tan rápido que no vale la pena perder un segundo junto a alguien que no se es feliz.


Bueno, en gran parte de ese proceso tuve que buscar ayuda profesional, y pucha que me sirvió, para recuperar la autoestima, rearmarme y descubrir quien era yo ahora, perdonar a mi familia y perdonarme a mí misma.

Unas merecidas vacaciones

Bueno, obviamente no todo puede ser trabajar y estudiar, así que en mi primer año de estudio con varios compañeros nos fuimos a un congreso de diseño en Buenos Aires, y debo decir que lo pasamos espectacular, aparte de asistir a muchas charlas interesantes recorrimos parte de la ciudad, y a pesar de ir en pleno invierno con un frio salvaje el viaje fue muy entrete. Además sirvió para conocernos más, consolidar algunas amistades, vitrinear y comprar muchos, pero muchos libros y cds (en Chile los libros son carísimos ya que pagan un 19% de impuesto y en Argentina los libros no pagan impuesto). Y bueno, recorrimos varios boliches, tomamos mucho café con medialunas y fuimos felices. Yo esa semana la pedí de permiso son goce de sueldo en la pega y me la dieron, así que pude ir tranqui, claro que cuando volví me encontré con la sorpresa de que mi jefe me había robado un cliente el muy rata, pero lo comido y lo "viajado" no me lo quitaba nadie.

Yo había ido antes en el año 2000 a Bs As, estuve por 2 meses y ese poco tiempo me bastó para enamorarme de la ciudad, fue amor a primera vista, en ese tiempo se me presentó la oportunidad de quedarme y de puro mamona volví, arrepintiéndome de la decisión casi todos los días, pero bué, me prometí volver y volví, y estando allá recordé porqué me gustaba tanto esa ciudad; su arquitectura, su gente, sus calles y cafecitos, todo me encanta, hasta el acento argentino. Luego al año siguiente volví con mi novio para semana santa, en una visita express, en que lo pasamos incribles y nos abastecimos de libros y más cds como para una década.

A mi me encanta viajar, conocer otros lugares y culturas y que mejor que partir por los paises que están mas cerca. Con mi novio obvio que hemos viajado por Chile, pero ahora que es más fácil viajar al extranjero hemos podido ir a Argentina, Brasil y Uruguay, y tenemos planes de seguir viajando pero a paises más lejanos.

Dentro de mis los lugares que quiero conocer están Europa, Nueva York y hasta Miami. Además tengo a mi mejor amiga viviendo en Bermudas, demás está decir que me tiene super invitada para allá, así que quien sabe, cuál será nuestro próximo destino.

Viviendo al 3 y al 4

Cuando me metí a estudiar estaba pagando un préstamo que me había conseguido mi papá para pagar unas deudas que me dejó mi separación (eso lo contaré en otro post), estaba de vuelta en la casa de mis viejos y no ganaba un dineral, pero filo, igual me metí a estudiar sin crédito ni nada, apretándome harto el cinturon no más, porque para qué estamos con cosas, estudiar diseño gráfico es harto caro, quizás la mensualidad no me salía tanto pero a eso hay que sumarle la locomoción y los miiiiiles de $$$$ en materiales, sobretodo los dos primeros años, que cartones, papeles especiales, lápices, maletas, carpetas, cartulinas, fotocopias, impresiones (y ojo aquí porque debía ser de buena calidad, y eso se refleja en la nota), papeles y papeles y más papeles. Lo peor de todo es que en resumidas cuentas todo eso va a parar a la basura tarde o temprano, pero bueno, por lo menos amaba mi carrera y sentía que era la plata mejor gastada, aunque me doliera.

Durante todo ese tiempo obviamente tuve que reorganizar mis prioridades, partiendo por las lucas, seguido de mi vida social. El poco tiempo libre que me quedaba lo repartía en hacer los trabajos de la carrera y pasar tiempo con mi pololo, y aunque descansaba poco me sentía más feliz y realizada.

Igual el tiempo que viví donde mis viejos fue bien sacrificado ya que me tenía que levantar super temprano para ir a trabajar y llegaba re tarde a la casa y casi todos los días a hacer trabajos del instituto o pitutos que me salían y que aceptaba por las lucas. Dormía muy poco y eso me estaba pasando la cuenta, andaba muy mal genio y estresada, a veces sentía que el mundo conspiraba en mi contra, ya que además el ambiente en mi pega se estaba poniendo super tóxico.

Cuando estaba en la mitad del segundo año me vine a vivir con mi pololo, y ahí mi vida cambió... y no lo digo como algo cliché o romántico, si no en el sentido práctico de la palabra. Estaba a 20 minutos de mi pega, así que ya no tenía que madrugar para levantarme, dormía un par de horitas más, y en esos momentos fuí muuuuy feliz.

Las quiero hacer todas

Si, es cierto, las quiero hacer todas. No sé si será una característica de la generación en que me tocó vivir o solo seremos muchas que estamos en la misma, sólo sé que no soy la única.

Todo partió con mi insatisfacción laboral, soy dibujante proyectista, y aunque hago muy bien mi pega, nunca me gustó mucho el mundo del dibujo técnico y la ingeniería, mas bien siempre tuve una inclinación más "artíshtica", así que después de algunos años de perder tiempo trabajando en algo que no me gustaba me decidí a volver a estudiar algo más relacionado con mi pasión; el "diseño". Así que a los 27 años volví a estudiar, en horario vespertino mientras seguía trabajando full day para mantenerme y además pagar mis estudios.

Creo que demás está decir que terminaba reventada cada semana, ya que la pega me consumía harto tiempo y gran parte de mi cerebro, y que sobretodo los primeros años de diseño gráfico los encargos que se hacen quitan muuuuuucho tiempo. Recuerdo que el primer año me acostaba todos los días a las 2 de la mañana haciendo alguna maqueta o trabajo en el pc y me levantaba a las 5:30 para ir a trabajar...uff, que tiempos aquellos en que era una muerta viviente, pero me sentía tan feliz y casi realizada de poder hacer algo que realmente me gustaba.

Pero bueno de que se puede se puede, aunque es alto el costo que se paga en cuanto a tiempo y vida personal, pero ese tema da para otro post.